Para todos aquellos que como yo andan un poco despistados y no están demasiado actualizados de las
noticias. Esta mañana me he topado con este artículo, un artículo que a mi modo de ver refleja muy bien la situación del sistema educativo en España y explica perfectamente a qué viene tanta reforma, tanto cambio, tanta discusión a cerca de la metodología "perfecta", en resumen apunta al problema por el cual me atrevo a decir que el sistema educativo fracasa en la mayoría de los casos: no nos atrevemos a innovar, la educación está desactualizada y las clases ni enseñan a aprender ni cubren las necesidades e intereses de los alumnos.
noticias. Esta mañana me he topado con este artículo, un artículo que a mi modo de ver refleja muy bien la situación del sistema educativo en España y explica perfectamente a qué viene tanta reforma, tanto cambio, tanta discusión a cerca de la metodología "perfecta", en resumen apunta al problema por el cual me atrevo a decir que el sistema educativo fracasa en la mayoría de los casos: no nos atrevemos a innovar, la educación está desactualizada y las clases ni enseñan a aprender ni cubren las necesidades e intereses de los alumnos.
En el artículo se habla de los "antipedagogos" y los "pedagogos". Los primeros son los que están a favor de mantener la metodología tradicional de profesor como figura que informa, alumno como recipiente que se llena hasta desbordarse de información olvidándolo casi todo tras el examen y el tipo de aula en la que no se fomenta la interacción o el trabajo en grupo. Por otro lado tenemos a los segundos, a los que algunos llaman soñadores o falsos educadores por pensar que el sistema está obsoleto y que las necesidades de los alumnos han cambiado afectando por tanto al proceso de aprendizaje y la enseñanza en sí. Me quedo con esta cita en concreto donde se resume perfectamente lo que después se desarrolla en el artículo:
Los primeros -que se han autodenominado «los antipedagogos»- defienden a capa y espada el «esfuerzo», el «mérito», la «autoridad», la «disciplina», la «exigencia», la«memoria» y la «evaluación», mientras que los segundos -englobados bajo el término común de «pedagogos», aunque también hay psicólogos, sociólogos y representantes de otras disciplinas- consideran que las clases magistrales han quedado «obsoletas» y apuestan más por lo que llaman «una educación del siglo XXI», con «metodologías» en las que se habla de «motivación», «creatividad»,«originalidad», «integración», «coaching» y «empatía». Los primeros hablan de«enseñar» y los segundos, de «intentar que los alumnos aprendan».
Y yo me pregunto, ¿son de verdad incompatibles las dos formas de enseñanza? Desde mi punto de vista y desde el punto y hora que comencé mi andadura en el terreno de la enseñanza he visto claro que no hay una clave para el éxito, que la enseñanza es reflexión, actualización, ensayo y error, que no hay una panacea pero que lo principal es el alumno y él debe ser el foco de nuestro esfuerzo, por tanto es importante analizar todas las circunstancias que le rodean, desde su motivación a los factores afectivos y estilo de aprendizaje al que está acostumbrado. Aquí como veréis estoy totalmente en contra de lo que dice el señor Alberto Royo a cerca de las inteligencias múltiples y además me parece muy grave viniendo de un educador su pensamiento pesimista a cerca del talento de los alumnos:
Alberto Royo llama, por su parte, «charlatanes» a los pedagogos (...) y defiende la «tradición» frente a esa «burbuja new age» de la«creatividad» y la «motivación» que dice que aquello de que «todos los niños tienen talento» y que sólo hay que estimularlos. «Está bien mirar siempre el lado bueno de la vida, pero la realidad es tozuda y nos indica que no todos los alumnos tienen talento, ni lo tienen para todo, ni tienen múltiples inteligencias»
Sin embargo no me apetece meterme en esos lares y prefiero comentar sobre los puntos que sí que me ha parecido que resumen mejor los que deberían ser los principales objetivos de la educación y los cambios que el sistema educativo debería considerar para mejorar su eficiencia.
Comenzamos
con el comentario de Carmen Rodríguez, profesora titular de la
Universidad de Málaga. En el artículo comenta que el problema son
los "modelos
de pura transmisión del conocimiento, de
pura memoria" y
comenta: "eso
a muchos niños no les interesa. Los
alumnos fracasan porque se aburren.
La educación es algo más que empollarse un libro de texto". No
puedo estar más de acuerdo con ella y con ello no digo que memorizar
en algunos casos no sea necesario ni mucho menos solo digo que "todo
en su justa medida". Memorizar no es la solución y yo misma he
experimentado lo que Carmen comenta y lo he observado en compañeros
de clase, amigos e incluso alumnos: es muy difícil ganarle la
batalla al aburrimiento. Si hay una falta de interés por parte del
alumno la clase no lleva a ningún sitio y el resultado (outcome) del
aprendizaje será nulo, que es lo que hemos visto desde siempre con
el sistema tradicional y que en cierto modo se ha "actualizado"
con la figura del profesor 2,0 de presentación powerpoint
kilométrica. En la misma línea Enrique Javier Díez comenta que la
memorización no es más que la solución para un examen cuando el
alumno llega tarde a comprender los contenidos y necesita
aprobar: "En
mi época memorizábamos un montón de cosas, las vomitábamos en los
exámenes y las
olvidábamos".
En
relación al aula tradicional y la disposición de los alumnos, César
Coll, catedrático
de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de
Barcelona comenta que seguimos anclados "en el modelo
de la era industrial" y comenta "en
mi facultad hemos cambiado la distribución de la clase y la hemos
convertido en un círculo para que todo el mundo pueda actuar. No
podemos seguir con ese modelo de bancos puestos en fila en
el que el alumno sólo ve la nuca del de delante. La creatividad
y la innovación son
lo que permiten avanzar al ser humano." De nuevo no puedo estar
más de acuerdo. Recuerdo que tanto en mi máster como en algún que
otro curso online que he completado sobre aprendizaje personalizado
se habló de esto en concreto, de cuál sería la disposición del
aula perfecta y, de entre muchas posibilidades, la organización en
círculo se presentaba como la que favorecía más la interacción y
el trabajo grupal. En uno de esos cursos hasta yo misma me atreví a
diseñar la que sería la “clase perfecta”. ¿Qué pensáis de mi
modelo? :)
Os dejo también un ppt con un análisis de los tipos de clases que he experimentado tanto como estudiante como de profesora (no he podido incluir sobre mis dos últimos trabajos pero básicamente ha mejorado por la distribución en círculo o semicírculo).
En
otro apartado del artículo se habla de la “autoridad” y es aquí
donde Feito comenta: “La
autoridad es una palabra polisémica. Antes de convertir al profesor
en una autoridad pública, es más importante convertirlo
en alguien querido.
Hay que conquistar el corazón de los alumnos, eso entiendo yo que es
la autoridad”. Totalmente cierto, si no te ganas la confianza de
tus alumnos, si no haces por acercarte a ellos e interesarte por sus
circunstancias y sus intereses es muy difícil que un alumno se abra
a ti, confíe en ti, te haga preguntas y, particularmente en el
contexto del aula de idiomas, es muy difícil que ese alumno abandone
el miedo y la inseguridad que provoca hablar en una lengua que no
dominas. En esta línea, Enrique Javier Díez también incide en el
mismo punto: “Hay un modelo en el que la autoridad no te la ponen
desde arriba, sino que te la confieren por abajo los alumnos.”
Estas
son algunas de mis reflexiones tras leer este artículo, tal y como
veréis me ha tocado de lleno y no he podido evitar escribir estas
líneas.
Y
tú, ¿qué piensas?
Comparte
tu opinión, aprendamos juntos, aceptemos diferentes puntos de vista
e intentemos mejorar el sistema educativo juntos, todos los docentes
tanto fuera como dentro de España.